Con la actitud de quien no duerme
Quedo mirando tu fuego,
Llorando, por recordarme
Que no te tendré luego.
Ni siempre.
Con la actitud de quien no duerme
Quedo mirando tu fuego,
Llorando, por recordarme
Que no te tendré luego.
Ni siempre.
Es la receta mi testigo
Y el azafrán la razón
Por la que a falta de abrigo
Busco pelusas de ombligo
Para aplacar mi corazón.
Y su castigo.
Será la edad, será la ciencia
O la labor de mi conciencia.
Desenmascara la indecencia
De disfrazar concupiscencia
Con religión.
Paciencia.