El cuento de los gilipollas

Érase una vez que se era una gilipollas que porque sí insultó
a uno que gilipollas no era, pero aún así todo el mundo rió.
Érase una vez que se era un grupo de gilipollas grande
que rióle la gracia entera a la misma gilipollas de antes.
Érase una vez que se era el gilipollas mayor,
que se rió tanto como lo otros y la dignidad perdió.

Con todo el cariño y amor
a la directora y el cantor.

Payaso

La ordinariez como careta y tarjeta de presentación.
Escapar de esa verdad en la que vives y que disfrazas de otra verdad a medias.
Dejar que te pisoteen para pisotear después tú.
Payaso arrugado que lame culo a las necias.

Valiente

Hablar de cacas y pedos
para abarcar el amor
de los que escupen tu honor
y a los que importas un bledo.

Prisa

Por encubrir, por limitar.
Por aturdir, por señalar.
Ni por aquí, ni por allá,
Espejos son de los demás,
sin un ombligo al que mirar.

Gallinitas

En la casita de plumas
donde triunfaron los ciegos
se esconden cerdos y putas
disfrazados de corderos.

Dos

Hace poco fueron dos.
Pero pronto serán treinta
los que guarde en el cajón
de nuestra secreta imprenta,
escondida sin razón
en la virtud que aparenta
lo que disfraza el corazón
y a la memez desorienta.